Los problemas matemáticos planteados se abordan en tres fases diferentes, cada uno con mayor grado de abstracción. El problema se manipula, se representa con dibujos y finalmente con números.
CONCRETO: se pone a disposición del alumno el material manipulativo y le pedimos, por ejemplo, que primero coja 2 pieza y luego 3. A continuación las pone todas juntas y, al final, cuando las cuenta todas juntas tiene 5.
PICTÓRICO: el alumno dibuja un modelo ilustrado para representar las cantidades y resolver el problema.
SIMBÓLICO: cuando el alumno ya es capaz de identificar las magnitudes (3 y 2), las ha juntado (sumado) y ha llegado a un resultado… traduce la experiencia concreta y pictórica en algoritmos / signos / números.
En resumen, se empieza “tocando” el problema y se acaba con su representación numérica. Una mejor aproximación a las matemáticas.